Es una verdad prácticamente indiscutida en la colosal industria del gaming, que se estima alcanzará un valor global de mercado de unos 270 mil millones de dólares para 2025[1], que los ordenadores portátiles de Windows son muy superiores a los MacBook de Apple para jugar videojuegos; pero, ¿por qué sucede esto? ¿Qué hace que los ordenadores portátiles de Windows sean mejores que los de Apple para jugar videojuegos?
La razón es, en resumidas cuentas, que Apple simplemente no parece interesado en desarrollar ordenadores que cumplan con los crecientes requisitos de los videojuegos. Sobre todo, el enfoque de la empresa está puesto desde siempre en producir ordenadores livianos y estéticamente diferenciados, a la vez que perfectos para trabajar y hasta procesar y editar fotografías y videos, pero no para jugar videojuegos.
Uno de los principales inconvenientes se da ya en el software, el macOS de Apple, que si bien es sumamente potente en cuanto a funcionamiento, tiene una compatibilidad muy limitada con la mayoría de los videojuegos más populares del mercado, al no contar con soporte para DirectX, una serie de APIs, desarrolladas para Windows, que posibilitan a los videojuegos servirse del hardware instalado para generar mejores experiencias de uso, sobre todo en cuanto a contenido multimedia.
La razón por la que la mayoría de los videojuegos utilizan DirectX es, justamente, que los ordenadores portátiles de Windows cuentan con el hardware necesario para lograr experiencias de juego mucho mejores, más inmersivas y con cualidades gráficas superiores a las que podrían lograr con ordenadores MacBook.
En cuanto al hardware, si bien excelentes en cuanto a aspectos de rendimiento como los procesadores, la RAM y el espacio de almacenamiento, los MacBook utilizan tarjetas gráficas integradas, potentes, pero para nada adaptadas a los altos requerimientos gráficos de los videojuegos, y las posibilidades de personalización y optimización del hardware, en comparación con los ordenadores Windows, son ínfimas.
La posibilidad de optimización es fundamental en la industria del gaming, ya que los requerimientos de los videojuegos aumentan en exigencia constantemente, año tras año, y mientras que los ordenadores Windows son completamente optimizables (puedes cambiar prácticamente cualquier componente específico), los MacBook son todo lo contrario: la manera de optimizar un portátil MacBook suele ser, en general, comprar uno nuevo.
Por otro lado, existe una amplia gama de ordenadores portátiles Windows fabricados específicamente para jugar videojuegos, como la Razer Blade 15, con un disco duro de 1 TB SSD y una tarjeta gráfica dedicada NVIDIA GeForce RTX 2060; o la ASUS ROG Zephyrus G14, con 16 GB de RAM y una tarjeta gráfica dedicada NVIDIA GeForce GTX 1070.
Así que, si quieres contar con la posibilidad de jugar videojuegos más complejos y demandantes que el Scrabble Word Finder o el Word Unscrambler, entonces ya lo sabes, tienes que optar por un ordenador portátil Windows. Son superiores a los MacBook, en cuanto al gaming, tanto desde el punto de vista del software como del hardware, son optimizables y escalables, son en general más económicos y son, sobre todo, los ordenadores a los que apuntan los principales fabricantes de la industria.